Madres solteras, a la intemperie

Madres solteras, a la intemperieMarisol y sus hijos se enfrentan hoy a su segundo desahucio (hace un mes los activistas frenaron el primero). Al contrario que en otros casos, Bankia no ha aceptado ofrecerle un alquiler social por sus bajos ingresos. Ni siquiera a pesar de contar con el aval de diez profesoras que han aportado sus nóminas como respaldo. De 37 años y ecuatoriana, tiene cinco hijos (el mayor, de 18 años; el menor, de seis meses) y solo percibe ayuda económica del padre del bebé, que está a punto de echar a andar. Encontrar trabajo se ha convertido casi en misión imposible para muchas madres solteras con hijos a su cargo. Sin posibilidad de pagar ayuda y sin familiares que puedan echarles una mano, sus casos son a veces desesperados.

Los tres niños medianos de Marisol, de 6, 7 y 11 años, pintan en el salón carteles sobre su desahucio mientras su madre expone en otra habitación su caso. De poco sirve que intente ocultárselo, los niños están perfectamente al tanto de la situación de la familia. Fue precisamente que ellos pudieran jugar tranquilos lo que la movió a buscar un piso, explica. Antes los habían echado al menos de cinco pisos compartidos: Mi meta era tener una casa donde a nadie moleste su bulla y anden a sus anchas, dice Marisol, que se aferra al piso, un bajo de unos 50 metros con tres habitaciones de Carabanchel: Los niños aquí se sienten dueños de lo suyo, están tranquilos.

En 2007 firmó una hipoteca de 193.000 euros con el padre de dos de sus hijos. Entonces estábamos rebien, explica. Yo ganaba 900 euros cuidando a un niño y mi pareja ganaba 1.500 de carpintero. Su caso es de manual: a la vertiginosa escalada del euríbor de 2008 se sumaron los problemas laborales, haciendo inabarcable la cuota hipotecaria. Los agobios económicos terminaron con la pareja y su compañero les abandonó. También económicamente.

Marisol recibe 198 euros de desempleo (su último empleo fue enuna empresa de limpieza), 150 euros de ayuda social y 1.100 euros anuales de subsidio por sus hijos. También cuenta con una pequeña ayuda del padre del bebé y con descuentos por ser familia numerosa. Si mi hijo mayor pudiera trabajar a la vez que estudia estaría fenómeno, dice. Pero me interesa que se saque un título para encaminarse, porque sin oficio ni beneficio ya va a estar como yo. Está decidido: el año que viene estudiará mecánica.

Irina, una psicopedagoga y activista de la asamblea 15-M de Carabanchel (el segundo distrito de la capital por número de desahucios), está ayudando a Marisol y a muchas otras madres solteras a negociar con su entidad bancaria. Cuando ven que no tienen otra ayuda o respaldo y que peligra la seguridad de su hogar, pierden la vergüenza y nos vienen a pedir ayuda, explica. Muchas han trabajado en empleos precarios, de limpiadoras o cuidadoras y al tener hijos a su cargo, han cotizado por periodos cortos, por lo que los subsidios que reciben son más bajos.

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