Vuelta al cole y violencia económica

Photo by Olya Kobruseva from Pexels
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La vuelta al cole supone para muchas mujeres que encabezan una familia monoparental un auténtico quebradero de cabeza. Ya desde el mes de junio, cuando comienzan las vacaciones estivales, pensar que llegará septiembre y te verás en la misma situación que otros años, te hace sentir tremendamente pequeña.

En primer lugar, vamos a ver a qué parte del colectivo puede afectar esta situación. Se trata de mujeres separadas, divorciadas y madres solteras que tienen que compartir gastos con el otro progenitor y negociar a lo largo de los años varias partidas, que ellas solas no pueden o no quieren asumir en solitario al existir dos responsables económicos de menores a cargo.

Llegado septiembre, aunque el peregrinaje de peticiones comienza meses antes, tienes la obligación de llevar a tus peques de vuelta al cole con todo lo que conlleva, conciliación aparte, deberás de proveerles de libros de texto, material escolar, ropa, calzado… y aunque estamos de acuerdo que se deben de aprovechar las cosas, siempre surgen nuevas compras.

El primer día de cole ya estás temiendo la nota de todo lo que tiene que llevar “al día siguiente”, ante la impaciencia y nerviosismo del niño/a por reunirlo todo lo antes posible. En la gran mayoría de los casos, es la madre custodia la que vive ese momento, la que recoge esa nota y la que llevará al niño/a al día siguiente al colegio. También es la madre la que tendrá que llenar una mochila con los esperados libros a los que tendrás derecho a su “gratuidad”, siempre que cumplas los requisitos y los hayas solicitado en tiempo y forma. Si todo esto no sale así, es decir, si algo falta, es la madre la que tiene que dar las explicaciones oportunas para buscar una solución, para que le den una ayuda, es decir, abrir su vida y su intimidad al profesorado, al AMPA, a su familia, a sus amistades, etc… justificándose ante la carencia de recursos económicos, o ante la falta de aportación del otro responsable. En definitiva, siempre se muestra una imagen vulnerable de la mujer, de la madre monoparental, pero nunca se ahonda en las causas, perpetuando esta imagen año tras año y estigmatizando a nuestras familias en los colegios.

¿Qué pasa con la etapa de Educación Infantil?  Ahí no hay ayuda que valga y en el primer desembolso estamos hablando de 200 € como mínimo. O  lo que ocurre cuando el centro escolar no puede prestarte los libros y tienes que comprarlos adelantando el dinero y esperando a que te los abonen a finales de diciembre. Si se precisa uniforme, también serás tú la encargada de conseguirlo. Tal vez con suerte y una buena red social te harás con uno de segunda mano a través de otras mamás, o quizás por Wallapop, si es que dominas las nuevas tecnologías y tienes medios materiales y económicos para ello.

Todas estas situaciones serían normales y equitativas si el otro progenitor aportara en tiempo y forma la parte que le corresponde, evitando que el menor o la menor vayan al colegio sin el material necesario, con todo lo que esto conlleva. Pero ¿qué te encuentras llegado el momento? ¿Qué respuestas obtienes del otro responsable familiar? Pues son variadas, la verdad: alguno te dice abiertamente que adelantes tú el dinero y que él te lo dará cuando pueda,  pagando en cómodos plazos por supuesto, también te puede decir directamente “no tengo” y “no sé qué hacer”… El problema es que con esas respuestas no llenas la mochila de tus peques y tú, en septiembre, tienes que ser la madre más comprensiva del mundo, entendiendo la situación financiera de tu ex cuando intenta justificar su falta de responsabilidad frente al hijo/a en común, también escucharás sus aburridos argumentos, sus dramas personales y si tienes suerte igual no te manda a ****** al final de la conversación, colgando el teléfono bruscamente. Y con la impotencia y la cara que se te queda tras esa llamada inútil, llevarás a tus peques al cole al día siguiente.

Tal vez este sea el primer año que te ves en esta situación o puede que ya seas una veterana a la hora de recibir este tipo de respuestas. En definitiva, puede que te hagas una experta involuntaria en sufrir violencia económica tras la ruptura con tu pareja existiendo menores a cargo. Si es así, busca ayuda cuanto antes y adelántate a los acontecimientos, ya que posiblemente la siga ejerciendo año tras año. También debes recordar que esta violencia no sólo la sufres tú, la sufre toda la unidad familiar, ya que os priva de unos recursos económicos de primera necesidad y eso afectará, en primer lugar, a tu salud mental y luego a tu salud física, porque tienes que lidiar con él un día tras otro, porque tienes que hablar con él inevitablemente para ver si consigues un resquicio de comprensión. Y eso pasa factura.

Así es la violencia económica. Una violencia que no sólo afecta a tu bolsillo sino también a tu estabilidad emocional y a tu autoestima, llegando a lo más profundo de ti, hasta el punto de cuestionarte si realmente eres buena madre, si estás haciendo todo lo que está en tu mano por tus hijos e hijas, asumiendo que eres la única responsable de sus necesidades, cuando no es cierto. Te dirán que lo denuncies, que lo “metas en el juzgado”, que “tiene obligación”. Y sí, así es, pero hasta que eso pasa, hasta que tienes el dinero en tu cuenta, eres tú la que tiene que negociar con él y la que tiene que explicarle la situación a tus hijos/as.

Cuando llega septiembre, son muchas las mujeres que comparten su testimonio conmigo, y me siento profundamente identificada con ellas. Como todo en esta vida, hay que vivirlo para saber lo que se siente, así que os animo a reflexionar sobre este tema y ayudar si está en tu mano a quien esté pasando por este difícil e idílico periodo de vuelta al cole.

 

Angélica Cosmen González
Trabajadora social de la Fundación Isadora Duncan y familia monoparental

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