¿Qué decirles, cuándo y cómo?
Muchas madres tienen dudas en torno a si hay que explicar al menor que tiene padre y cómo hacerlo. Algunas piensan que no es necesario explicarlo, y que si los/as niños/as son muy pequeños no van a entender nada. Tradicionalmente, incluso se ha tendido a la ocultación de la condición de “hijo/a de soltera” por considerarse una vergüenza o un pecado, hasta el punto de que muchos menores han crecido creyéndose hijos/as de sus abuelos u otros familiares.
Lo más conveniente para el/la niño/a es siempre saber la verdad. Tarde o temprano hará preguntas sobre la ausencia de su padre al comparar a su familia con otras de su entorno. Conocer la realidad le ayudará a asumirla con naturalidad. Hay que proporcionarle la información que necesite transmitiéndole seguridad y confianza, y esa información deberá ser siempre acorde a nivel de desarrollo del/la niño/a facilitando así su comprensión:
- Si tiene menos de cinco años, no necesita explicaciones muy detalladas y es probable que no lo entienda del todo en un principio. Será suficiente con decir que hay muchos tipos de familias y que en la suya no convive el padre, aunque lo tenga.
- Entre los cinco y ocho años, podrá comprender las implicaciones de lo que se le explique y querrá saber cómo es su padre y dónde está. Además pedirá información desde la perspectiva de: “¿y qué pasará conmigo?”.
- Entre nueve y doce años el/la niño/a tiende a pensar en términos de bueno/malo, correcto/incorrecto. Es importante explicarle que no hay nada de malo en una familia como la suya, hablándole de los otros tipos de familia y especialmente de las familias monoparentales. Además, sería aconsejable responder a las preguntas sobre su padre en la medida en que podamos hacerlo, de una manera positiva.
Continuando en la línea de la claridad y la honestidad en la información (contra la negación y ocultación pasadas), es aconsejable dejar abiertos los canales de comunicación expresando que estamos dispuestas a hablar de este tema cuando el/la niño/a lo quiera o lo necesite.
¿Cómo son otras familias?
Como mencionábamos antes, conviene proporcionar a los/as niños/as alguna información sobre los distintos tipos de familias, y en particular sobre las familias monoparentales, asegurándonos de transmitirles una total normalidad y la consciencia de disfrutar de los mismos derechos y deberes que cualquier otra familia.
A modo de guión, podemos sugerir hablarles de los siguientes tipos de familias:
- Familias en las que conviven hijos/as, padre, madre y abuelos/as u otros familiares (familia extensa).
- Familias de padre, madre e hijos/as (familia tradicional o nuclear).
- Familias con dos padres o dos madres (familias homoparentales)
- Familias en que conviven los/as hijos/as únicamente con el padre o con la madre (familias monoparentales) y que se pueden constituir a partir de:
- La maternidad o paternidad biológica o adoptiva en solitario.
- La muerte del cónyuge.
- La separación, el divorcio o la anulación del vínculo de una pareja.
¿Cómo lograr independencia?
La búsqueda de la independencia es uno de los objetivos primordiales en la vida adulta de todas las personas. En el caso de las madres solteras, se convierte en un objetivo de primera necesidad. Muchos de los problemas más graves de las madres solteras se deben precisamente a que su vida se desarrolla en una situación de dependencia de otras personas: económica, personal, afectiva y social. Esta situación las obliga en ocasiones a asumir situaciones de maltrato, abuso y explotación.
En nuestra Fundación, conscientes de esta necesidad, consideramos y promovemos la formación y la búsqueda de empleo como dos de los objetivos primordiales hacia la independencia económica. Además, complementamos esto con el fortalecimiento distintos recursos personales, afectivos y sociales relacionados con la mejora de la autoestima, el entrenamiento en comunicación, habilidades sociales, técnicas de solución de problemas, etc.
¿Podré rehacer mi vida afectiva?
Muchas madres solteras se precipitan en la búsqueda de una pareja para resolver sus necesidades afectivas, “normalizar” su situación como familia y proporcionarle a su hijo/a una figura paterna, como si encontrar una pareja lo más rápido posible fuera la solución a sus problemas. Además, en un alto porcentaje, suelen quedarse embarazadas rápidamente para dar un/a hijo/a propio a su pareja y asegurar así el vínculo con ésta. Desgraciadamente, en la mayor parte de los casos esta solución fracasa.
Desde luego es posible rehacer la vida sentimental tras haber sido madre en solitario, pero el planteamiento más sensato del que hay que partir, es que las relaciones de pareja son una opción personal y libre, nunca una solución a determinadas dificultades. Además, para que las personas puedan vincularse afectivamente de manera positiva es necesario que las relaciones se desarrollen a lo largo del tiempo y que las personas deseen asumir conscientemente algunos compromisos. De todas formas, las madres solteras pueden educar solas a sus hijos/as con resultados totalmente satisfactorios.
¿Qué hacer si surgen problemas en la pareja?
Algunas madres inician una vida de pareja, ya sea casándose o formando parejas de hecho, que en ocasiones no está exenta de problemas. Como norma general, es recomendable mantener a los niños al margen del conflicto, tratando de reducir el nivel de tensión y por lo menos no pelearse delante de ellos, asegurándoles que ellos no tienen la culpa si las cosas van mal. Procurar anteponer el bienestar de los niños y jamás utilizarlos dentro del conflicto.
Es necesario abstenerse de hablar mal del padre, probablemente tenga el efecto contrario al esperado. La mayoría de los niños acaban llegando a sus propias conclusiones cuando llegan a la vida adulta. Muchos desearán saber quién es y quizás traten de establecer contacto en algún momento.
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