MariUna mujer no muere cuando fallece sino cuando se la olvida.

Isadora Duncan no olvidará nunca a María Mielgo (Mari). Fue voluntaria, trabajadora, amiga, y siempre en contacto.

Nunca la vimos enfadada o con mal humor y siempre tenía una sonrisa a pesar de que la vida le dio sus palos.

Siempre vivirá en la memoria de Isadora Duncan.

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