Movimiento contra la Intolerancia
Con la irrupción de la crisis económica es un hecho el aumento del prejuicio xenófobo y el hostigamiento a la inmigración. El rechazo latente a compartir situación e igualdad de trato en materia de empleo, sanidad, educación y otro tipo de servicio o atención asistencial se viene constatando en las encuestas oficiales de opinión y en numerosos incidentes de la vida cotidiana que apuntan conflictos de futuro. Además se añade la agitación y hostigamiento xenófobo que impulsan grupos organizados extremistas que alimentan la intolerancia hacia la inmigración con consignas populistas del tipo “los españoles primero” y la intolerancia religiosa en su doble vertiente de islamofobia y antisemitismo.
La acción xenófoba en los últimos años ha recibido un fuerte estímulo por los resultados electorales en algunos países europeos como los obtenidos, entre otros, por formaciones ultraderechistas en Austria, Italia, Hungría, Holanda, Alemania y Suiza, que recogen una cosecha de votos y un apoyo populista xenófobo estimable, albergando esperanza para el objetivo más antidemocrático de vincular la crisis económica con la crisis del sistema, con la globalización y especialmente con los valores humanistas. Mientras tanto las acciones democráticas para impedir el crecimiento de la xenofobia no se hacen adecuadamente, ni en Europa, ni en España.