Cada lunes, siempre que en los 7 días anteriores haya sido asesinada alguna mujer como consecuencia de la violencia machista, nos concentramos, junto a otros colectivos, en la plaza de Botines de León. Desgraciadamente, el lunes 8 de junio nos volvimos a concentrar para protestar por otro asesinato.
Protestamos y guardamos un minuto de silencio por la muerte violenta de una mujer portuguesa en la autovía A-2, en Abrera (Barcelona), a manos de su pareja.
En esta ocasión era el turno de la F.F.M. Isadora Duncan de preparar un comunicado para leer al final de la concentración. Como nos parecía importante reflejar la visión de un hombre joven sobre esta lacra, pedimos a Mourad, voluntario de esta fundación, que escribiera y leyera unas palabras. Esta es la transcripción literal de lo que leyó Mourad en la Plaza de Botines:
Mi nombre es Mourad, y soy voluntario de Isadora Duncan.
Voy a expresar en voz alta mis pensamientos sobre la violencia de género:
La violencia contra la mujer es una forma de discriminación y una violación de los derechos humanos. Causa sufrimientos indecibles, se lleva vida y deja a incontables mujeres viviendo con dolor y temor en todos los países del mundo. Esta violencia también impide alcanzar su plena realización personal. Y existen muchas formas de la violencia contra la mujer: física, sexual, psicológica y económica.
La violencia es una constante en la vida de la mujer, desde antes de nacer hasta la vejez, y afecta a los sectores tanto públicos como privados. Por eso, los estados tienen la obligación de respetar, proteger, promover y facilitar el ejercicio de todos los derechos humanos, incluso los derechos de la mujer a no ser discriminada y maltratada porque es nuestra madre y nuestra hermana.