Petición de indulto para María José Blanco Barea

foto de maria jose blanco barea

Ha llegado hasta nosotras mucha información sobre el caso de María José Blanco Barea, y desde la Fundación, hemos querido solidarizarnos con ella y apoyar todaslas acciones que se lleven a cabo para solucionar la dramática situación de esta mujer, compañera y madre.

Hace unos diez años, María José Blanco Barea trabajaba como abogada y su futuro era halagüeño. Tenía ilusión, fuerza, salud, independencia económica y recursos. Quedó embarazada pero aparecieron en ella los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson. La bondad de estas primeras manifestaciones de la enfermedad no impidió que su decisión de ser madre y traer ese hijo al mundo cambiase. En estas circunstancias, el que era pareja de María José y padre biológico del niño, pronto se perdió de la vida de María José Blanco y su hijo dejándoles en la más absoluta indefensión social, emocional y económica.

La rápida evolución de la enfermedad de María José causó su baja laboral, la dolorosa renuncia al ejercicio de su profesión y su empobrecimiento económico, teniendo que recurrir a familiares y amigos para poder continuar proporcionando a su hijo bienestar, cuidados y atenciones.

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Afortunadamente se cruzó en sus vidas Javier, juntos han formado una familia. Javier no ha tenido problema en unir su vida con la de una mujer con Parkinson, que tiene un hijo pequeño y que no cuenta con recursos económicos. Ha demostrado ser generoso, comprometido con su pareja y con la convivencia familiar, ha puesto a disposición de su mujer y del niño todo cuanto él posee. Para el niño, Javier es su referente paterno.

Lo expuesto hasta ahora se resume en una madre cuyo padecimiento físico la lleva a renuncias: laborales y económicas, pero que ha sabido buscar estrategias para poder proporcionarle a su hijo estabilidad, bienestar y cariño.

A los problemas de salud, de esta mujer, se añadió que el padre biológico del menor que ya tenia 4 años solicitó visitar al pequeño y ejercer la paternidad. En ese momento Maria José, su marido y el niño, formaban una familia.

Cada progenitor comenzó a reivindicar aquello que consideraba adecuado, bien en defensa de sus derechos o en los del menor.

Para defender sus posiciones han recurrido a psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y a los tribunales. Se han sucedido denuncias, recursos, peritaciones, apelaciones e incluso hasta la manipuladora influencia del pretendido y en la actualidad no menos dañino SAP (Síndrome de Alienación Parental).

María José Blanco Barea ingresó en la prisión de Topas (Salamanca), el pasado miércoles 15 de octubre por desobediencia civil, al tiempo que el Juzgado de lo Civil decretaba el “cambio de custodia de su hijo”.

SITUACION ACTUAL

Después de 6 años de batallas legales, el balance actual de todo éste proceso es el siguiente:

  • La madre del niño, Maria José, está en prisión.
  • El padre biológico tiene la tutela y la custodia del niño, mientras la madre cumpla condena.
  • El marido de Maria José tiene a su pareja en prisión y no puede ver, ni mantener contacto alguno con el menor.
  • El niño, que está a muchos kilómetros de su residencia habitual:
    • No puede ver a las personas a las que está más unido (su madre y el marido de ésta).
    • Ha cambiado de ciudad.
    • De costumbres.
    • Ha de cambiar de colegio.
    • Ha dejado atrás a su familia habitual, a sus amigos y a los compañeros de clase.
    • Hasta el clima y la idiosincrasia del nuevo lugar son diferentes.

¿No es mucho desarraigo para un niño pequeño? ¿Cuánta inseguridad, temor y sufrimiento puede estar padeciendo? Son muchas pérdidas para un niño de nueve años.

  • Él sabe que su madre está enferma y en prisión.
  • Tal vez responsabilice al padre biológico por el hecho de que su madre esté encarcelada. Incluso puede llegar a culparlo de todo lo negativo que le ocurra.

La falta de “entendimiento” entre adultos han llevado al:

  • Al sufrimiento directo de las personas implícitas en el conflicto.
  • Al desarraigo de un menor de su núcleo familiar, vivienda, colegio y amigos.
  • Y a una mujer que ha de combatir minuto a minuto los nefastos síntomas del Parkinson en una prisión y, lejos de su hijo (motivo de su vivir y que la hace batallar cotidianamente con la enfermedad).

CONCLUSIÓN

lazo azul campaña apoyo a maria joseMaría José Blanco lleva muchos años con la condena del Parkinson, no necesita más barrotes ni más cadenas. Toda persona tiene un límite y ella necesita un ambiente acogedor, cariñoso, armónico y una ilusión para soportar o atenuar su sintomatología.

La situación actual no beneficia a ninguna de las partes. Tan sólo potencia el rencor de unos hacia los otros, incluido el resentimiento que puede ir germinando en el niño hacia la figura del padre biológico.

Es preciso poner racionalidad, comprensión y humanidad para que éste caso deje de causar tanto sufrimiento e impedir que se produzcan secuelas irreversibles para el niño, para Javier, María José e incluso para el propio padre biológico del menor.

Es necesario que María José Blanco Barea, salga inmediatamente de prisión.

SOLICITUD

Por todo lo dicho y dado el estado de salud en el que se encuentra, se solicita:

A. El indulto total de las penas a las que se ha condenado a Dña. Mª José Blanco Barea por desobediencia judicial a los diversos casos que se relacionan con la asignación de la Patria Potestad de su hijo.

B. En cualquier caso y con carácter de urgencia su excarcelación para el cumplimiento de la condena en su propio domicilio, por razón de la enfermedad que padece y amparada por las directrices de la OMS, por carecer de cualquier medida de autoprotección.

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