Esta es la historia de una de las tantas mujeres que sufren segregación laboral solo por el hecho de ser inmigrantes. Consuelo escuchó por otra compañera una oferta laboral para trabajar de interna en una casa. Animada por encontrar trabajo se puso en contacto, pues como muchas mujeres inmigrantes en este estado de alarma, se ha quedado sin empleo. Por fortuna para ella, cuenta con un permiso de trabajo por 6 meses. Tras esperar entusiasmada en el teléfono una respuesta positiva, la compañera que le había servido de puente para este empleo, apenada, le dice: “la señora necesita una chica, pero que sea blanca”.